El registro de 2010, que lideró varios años como la temperatura más fría que se ha medido en el continente blanco, había sido en el Domo Fuji, en el centro de la Antártica, con una impresionante temperatura de -93.2 °C, pero todo cambió en el 2018 con una publicación científica.
La investigación fue publicada Geophysical Research Letters, y midió los datos satelitales entre el 2014 y 2016, confirmandos que, la temperatura más fría de la Tierra, hasta el momento, es de -98 °C. Esto lo lograron confirmar con la nieve de la superficie, usando datos de banda térmica satelital de invierno en condiciones de cielo despejado.
Las temperaturas superficiales más bajas, ~−98 °C, se encuentran en depresiones topográficas poco profundas de gran altura, con temperaturas del aire inferidas a 2 m de ~−94 ± 4 °C.
Lo que deja en tercer lugar lo sucedido el 21 de julio de 1983, cuando en la estación de investigación de Rusia en la Antártida Oriental, Vosok, los registros indicaron -89,2° C. Para lograr medir estas temperaturas donde predomina los glaciares, nieve y una gran dificultad de acceso, los registros son posibles con la precisión de satélites meteorológicos.