Una extensión de aproximadamente 1,5 millones de kilómetros cuadrados tiene el área marina protegida más grande del mundo, ubicada en la región del mar de Ross, en la Antártica. Fue creada en 2016 por la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), después de cinco años de negociación. La CCRVMA está integrada por delegados de 24 países y la Unión Europea.

Esta área marina protegida es relevante para el resto del planeta porque desde sus profundas aguas surgen ricos nutrientes que son transportados a través de las corrientes alrededor del mundo. Estos nutrientes, además, permiten enormes floraciones de plancton y kril que sustentan a gran cantidad de peces, focas, pingüinos y ballenas.

Durante 35 años, a partir de diciembre de 2017 (cuando entró en vigencia), se prohibió la pesca en el 72% de esta reserva. En el resto del área, se permite la pesca de peces y kril sólo con fines científicos.

El mar de Ross, más su plataforma y talud, representan tan sólo el 2% del océano Antártico, pero albergan al 38% de la población mundial de pingüinos adelia, el 30% de los petreles antárticos y alrededor del 6% de las ballenas enanas de la Antártica.