En la Antártica hay algas que viven a gran profundidad. En esos lugares la luz solar es muy tenue, incluso en el verano austral. Solo a fines del invierno y comienzos de la primavera las algas tienen condiciones óptimas para fotosintetizar, ya que coincide con el breve periodo de aguas transparentes inmediatamente después del rompimiento de la cubierta de hielo.

Durante la primavera, los florecimientos de fitoplancton y el arrastre de sedimentos y material de derretimiento, enturbian la columna de agua. En el invierno, son muy pocas horas de luz al día y la luminosidad no cubre las necesidades de las algas. Sin embargo, estos organismos son altamente eficientes para crecer con estas bajas condiciones de luz utilizando compuestos de reserva almacenados durante primavera y verano