Llevados en un vuelo de la empresa Pan America, en 1957 una pareja proveniente de Nueva Zelanda fueron los primeros “turistas” en llegar a la Antártica, quienes aterrizaron en el Estrecho de McMurdo, ubicado en el Mar de Ross. Desde ese viaje comercial hasta la temporada 2018, ya se han registrado 45.808 visitantes.
El interés por explorar el vasto territorio antártico ha tenido un importante aumento. Si bien en 1991 viajaban tan solo 4.150 personas, durante el año pasado esa cifra bordeó los 40 mil. Es por ello que actualmente funciona la Asociación Internacional de Tours Operadores de la Antártica (IAATO, por sus siglas en inglés), creada para resguardar el continente blanco.
El aumento de visitantes antárticos no ha quedado ajeno a las críticas y tampoco a los estudios. En un trabajo titulado “Valoración del impacto ambiental del turismo comercial sobre los ecosistemas antárticos”, promovido por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España presentó que las emisiones del “turista son de 4,39 toneladas de CO2 y la cantidad de residuos por pasajero de 3,5 kg”.
El Servicio Nacional de Turismo de Chile (Senatur) informó que los turistas antárticos, nacionales y extranjeros, tienen interés en conocer la Base Frei en la Isla Rey Jorge (Islas Shetland del Sur), Base Rusa Bellingshausen, Isla Livingston, Puerto Lockroy, Isla Petermann, Bahía Paraíso, Isla Cuverville, Isla Decepción y Canal Lemaire.