Artrópodos, equinodermos, moluscos, cnidarios forman parte de la gran biodiversidad del continente blanco.

Fotografía: Ignacio Garrido

Según el catastro del proyecto Scar-MarBIN “Register of Antartic Marine Species” (RAMS), en la fauna antártica existen 8.600 especies. Del total, una fracción importante corresponde a aquellas que habitan el fondo marino (conocidos como especies bentónicas). A su vez, se han identificado artrópodos (2.297), animales invertebrados, que para crecer requieren de una muda de su exoesqueleto; equinodermos (568), animales exclusivamente marinos, como la estrella de mar, los erizos y los pepinos de mar; moluscos (740) animales de cuerpo blando, oval, desnudos o protegidos por una concha; y cnidarios (448), que son los organismos de forma de saco que tienen células nerviosas o sensoriales. Este grupo, que incluye a las medusas, alcanza las 10.000 especies a nivel global. A estos datos, también hay que sumar las aves, peces, cetáceos y focas, entre otros animales.

En el caso de las especies bentónicas, es muy difícil determinar un número absoluto, pues existen aquellas que en primera instancia habitan en el fondo marino, pero que, en otra etapa de su vida, migran hacia la columna de agua.