El “freshening” es un proceso que afecta a los océanos debido al del derretimiento de los glaciares y una consecuencia directa del constante aumento de temperatura del planeta. Una expedición liderada por científicos del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL), perteneciente a la Universidad Austral de Chile, instaló un sistema de monitoreo en el Seno Ballena, al oeste del Estrecho de Magallanes, para medir el impacto de este fenómeno.

El freshening es una consecuencia directa del calentamiento global sobre estos océanos.
Andrea Navarro para Revista Patagon Journal. La región de Magallanes y Antártica Chilena es una de las zonas de la Patagonia donde el cambio global se ha evidenciado de mayor forma. En los fiordos y glaciares localizados en el extremo sur del país, aún no es posible determinar cuáles son los impactos del “freshening”, fenómeno conocido como “desalinización” de los océanos producto del continuo derretimiento de los glaciares.
El freshening es un proceso de mayor entrada de agua dulce, debido al deshielo constante y está siendo estudiado por la comunidad científica en las regiones polares y subpolares de ambos hemisferios. Este fenómeno es una consecuencia directa del calentamiento global sobre la superficie de estos océanos.
Una expedición, en la que participaron oceanógrafos del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL), perteneciente a la Universidad Austral de Chile y financiada por un proyecto Conicyt- Fondecyt, llegó hasta el Seno Ballena, al oeste del Estrecho de Magallanes, para instalar un anclaje con sensores que permitirán medir las características químicas del Océano Austral en profundidad.
El sistema de monitoreo fue puesto en las cercanías del Glaciar Santa Inés, que se encuentra en la cabecera del Seno Ballena, y estará sumergido a 10 metros de profundidad durante un año, registrando cada hora algunas variables clave para entender esta zona del Océano Austral. Con él, el equipo de investigadores busca determinar si el área marina del Estrecho de Magallanes está actuando como un gran reservorio del dióxido de carbono (CO2), un compuesto crucial en el incremento de gases invernaderos en la atmósfera.
“En las últimas décadas, el efecto invernadero se ha ido acrecentando debido a la liberación de gases a la atmósfera emitidos por las actividades productivas humanas, como por ejemplo, la deforestación, la industrialización, el transporte y la ganadería”, explica el Dr. José Luis Iriarte, líder de la investigación, y agrega que: “la gran pregunta que buscamos resolver es si esta sección del Estrecho de Magallanes está absorbiendo una fracción importante emitida del CO2 atmosférico, y por lo tanto su rol en la mitigación de estos gases producidos por el hombre”.
Habitualmente, a lo largo del año, las capas de hielo de los glaciares se derriten en verano y se vuelven a formar en invierno. Sin embargo, en algunos casos observados en la Región de Magallanes, y producto del calentamiento global –que ha generado constantes alzas de temperatura del aire durante las últimas décadas y, por lo tanto, mayor frecuencia y magnitud de los deshielos– este proceso dejó de ser estacional y pasó ser continuo en el tiempo.

Científicos de IDEAL analizarán cómo influenciará el derretimiento del glaciar Santa Inés en el Océano Austral.
Seno Ballena
El Seno Ballena se encuentra dentro del Parque Francisco Coloane y es parte de la primera Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos de Chile, la que alberga, a su vez, la Isla Carlos III. Es un lugar de alimentación de diversos mamíferos marinos, entre ellos, de ballenas jorobadas. Hasta la fecha, no se sabe cuál será la influencia del derretimiento estacional del glaciar Santa Inés ni tampoco las consecuencias de para los organismos marinos que viven allí.
“Es un sistema muy productivo, un área que tiene características que permiten que exista, por ejemplo, gran abundancia de plancton. Esto sustenta los niveles tróficos superiores, lo que quiere decir que es un lugar que otorga alimento para organismos que van desde los bivalvos hasta ballenas”, asegura el Dr. Iriarte.
Los científicos, a su vez, estudiarán cómo el sistema marino del Seno Ballena podría afectar la productividad de los sistemas marinos, debido al retroceso del glaciar Santa Inés, y, por lo tanto, la entrada de agua dulce al Océano Austral.
“Hasta la fecha, no se sabe cuál será la influencia del derretimiento de los glaciares, y el mayor flujo de agua dulce sobre el Océano Austral. Utilizaremos al Glaciar Santa Inés y el Seno Ballena como un laboratorio natural con el objetivo de entender cuáles son las futuras consecuencias para los organismos marinos que viven allí”, concluye el Dr. Iriarte.
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