De acuerdo a la época del año, el volumen de la Antártica aumenta o disminuye. Esta característica única, le ha valido que la llamen “continente pulsante”.

Durante el invierno, con temperaturas de -2°C, el mar adyacente a Antártica se congela y la superficie continental aumenta hasta 28 millones de kilómetros cuadrados. Durante el verano, cuando las temperaturas suben hasta los 2-3°C, gran parte de las placas de hielo marino se derriten, reduciendo su superficie a 14 millones de kilómetros cuadrados.

Si algún día la masa de hielo que recubre la Antártica se derritiera totalmente, la altura de los océanos del planeta ascendería alrededor de 70 metros su nivel actual, inundando las áreas costeras de todos los continentes, donde reside cerca del 70% de la población mundial.