El Dr. Luis Miguel Pardo observó que las comúnmente conocidas “pulgas de mar” estarían sustentando las tramas alimenticias del fondo marino del continente blanco.

Los anfípodos son pequeños crustáceos comúnmente conocidos como “pulgas de mar”. Fotografía: Luis Miguel Pardo.
Los anfípodos -pequeños crustáceos, conocidos comúnmente como “pulgas de mar”- podrían jugar un rol crucial en las tramas alimenticias del fondo marino antártico. Esa una de las principales observaciones que realizó el científico del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL), Dr. Luis Miguel Pardo durante su estadía de 17 días en el continente blanco en el marco de la 53° Expedición Científica Antártica.
Por primera vez, el Dr. Pardo y su equipo de biólogos y buzos científicos, pudieron realizar succiones de fondo cuantitativas en las profundidades de las aguas antárticas, lo que les permitirá estudiar la gran biodiversidad existente allí. Tras analizar las primeras muestras de anfípodos, el investigador observó que estos organismos podrían estar cumpliendo un rol similar al que cumple el krill antártico en la columna de agua, alimento fundamental para la supervivencia de diversas especies que habitan el continente blanco, como ballenas y pingüinos.
Las fotos y los videos que habitualmente se utilizan para investigar las profundidades de los océanos permiten observar solamente organismos de mayor tamaño como lapas, erizos o estrellas de mar. Sin embargo, gracias a la técnica de succiones de fondo, Pardo pudo observar el detalle del lugar. Fue así como se percató de la gran abundancia de anfípodos.
“En esta oportunidad, se usaron técnicas mucho más precisas y adecuadas para captar toda la biodiversidad, sobre todo la que es más críptica y móvil”, agrega.

El Dr. Luis Miguel Pardo en Base Escudero.
En su paso por la Antártica, además, el Dr. Pardo observó que hay muchos organismos que son predadores de los anfípodos, como, por ejemplo, las aves y los peces que viven en el fondo del mar y suelen alimentarse de ellos.
La investigación de Pardo continuará tras hacer una descripción detallada de los diferentes tipos de “pulgas de mar” encontradas. “Hay muchas especies de anfípodos que son muy similares morfológicamente pero que finalmente son distintas. Estas se llaman especies crípticas y, por lo general, no se estudian en profundidad debido a lo difícil que es reconocerlas”, comenta el científico.
Las muestras de anfípodos están siendo analizadas en laboratorios. Se espera que los primeros resultados de la investigación estén en octubre de 2017.
“Estas investigaciones nos ayudará a conocer y entender en detalle cómo es la gran biodiversidad que habita en la Antártica”, concluyó el investigador.