
Familia yamana (1910, autor desconocido). Fuente: Fueguinos. Fotografías Siglos XIX-XX, Edit. Pehuén.
En la inmensa zona de los archipiélagos patagónicos, seis mil años antes de que los navegantes europeos conocieran América, ya vivían distintos pueblos. Entre Chiloé y la Antártica, cientos de islas ricas en recursos marinos fueron el hábitat de chonos, kaweskar y yámanas. Habitaron sobre canoas de hasta 10 metros de largo y en lugares de estancia que visitaban periódicamente dependiendo de la temporada y la presencia de fauna marina.
Los “nómades del mar” formaron parte de un sistema socio-ecológico en el que no sólo no sufrían escasez, si no que disfrutaban de una economía de abundancia. La compleja relación entre seres humanos y ambiente sólo comenzó a desestructurarse con la irrupción de expediciones de caza de ballenas, lobos marinos y focas, que en el siglo XIX llevaron a la casi extinción a algunas especies. En el siglo XX, el Estado chileno desarrolló distintas iniciativas tendientes a restringir la libre navegación de los canoeros, estableciendo bases militares en las que debían sedentarizarse. Con ello se terminó con culturas marinas milenarias, cuyos descendientes en la zona hoy viven principalmente en los puertos Edén, Natales y Williams.